Chile es el segundo país productor de salmón a escala global, por detrás de Noruega, lo que convierte a esta industria en una de las de mayor desarrollo nacional y la tecnología juega un papel fundamental. Cinco empresas cuentan lo que están haciendo con IA.

La industria de la salmonicultura inició en Chile hace aproximadamente 40 años y actualmente es una de las más desarrolladas, convirtiendo al país en el segundo productor de salmón a escala mundial, detrás de Noruega, concentrando el 28% de la producción mundial y alcanzando los 7.000 millones de dólares en 2022; y esta ha pasado a ser la primera actividad económica del sur austral del país.

Hace 40 años, estos centros de cultivo del salmón partieron con jaulas de madera, alimentando a los peces de forma manual, adivinando si tenían hambre o no. Prueba y error. Y al empezar a desarrollarse y crear más centros, la tecnología y la innovación también formaron parte natural del proceso.

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En esta línea, 5 empresas socias del Consejo del Salmón están implementando soluciones basadas en inteligencia artificial en distintos eslabones de la producción salmonicultora, lo que permite optimización de los procesos para una mayor productividad, reducción de costos para ser más eficientes y menor impacto ambiental. A través de sistemas automáticos se monitorean los procesos de alimentación.

 “La incorporación de inteligencia artificial, robótica y sistemas de monitoreo remoto por parte de las empresas socias del Consejo marca un antes y un después en la salmonicultura chilena. Esta transformación tecnológica no solo mejora la eficiencia y sostenibilidad de la producción, sino que también responde a los desafíos sanitarios, ambientales y laborales de nuestra industria. Este proceso de modernización que estamos viviendo reafirma el compromiso del segundo producto más exportado de Chile con la innovación y la ciencia”, señala Loreto Seguel, presidenta ejecutiva del Consejo del Salmón.

Las 4 innovaciones

Cadena de valor digitalizada

Uno de los casos de aplicación de Inteligencia Artificial es de la empresa Mowi Chile, con su programa ‘Mowi 4.0 Smart Farming’. A través de este aseguran que la cadena de valor está completamente digitalizada, desde la producción de ovas hasta la cosecha y despacho final.

Se trata de un sistema de alimentación inteligente y remoto que opera gracias a cámaras, sensores, y algoritmos que analizan en tiempo real el comportamiento de los peces. Esto permite ajustar automáticamente las dosis de alimento, con lo que buscan reducir el impacto ambiental, al evitar que el alimento no consumido se deposite en el lecho marino.

Sexaje de salmones

Australis Seafoods, por su parte, aplica el sexaje de salmones mediante visión computacional, que permite identificar machos y hembras en fases tempranas. Además, la compañía cuenta con una sala de alimentación remota que facilita alimentar a los salmones a más de 1.600 km de distancia.

“Incluso, existen pruebas con sensores que detectan la caída de pellets y ajustan la alimentación en tiempo real, ayudando a reducir pérdida de alimento y mejorar la conversión”, señalan desde la empresa.

Visión computacional y artificial

Otro caso es el de AquaChile, que ha impulsado su digitalización con foco en la trazabilidad, la automatización del control sanitario y la clasificación de peces. La empresa ha implementado sistemas de visión computacional para el análisis de talla, salud y comportamiento, así como plataformas digitales para anticiparse a eventos sanitarios y optimizar procesos.

En el ámbito productivo, la empresa ha incorporado estimadores de biomasa con cámaras subacuáticas, conteo automatizado de peces en sistemas de transferencia y sistemas de necropsia remota asistida por IA para identificar condiciones de los peces en el mar.

A su vez, en las plantas de proceso de Cermaq cuentan con un sistema de visión artificial que optimiza la clasificación y que controla y monitorea la calidad de cada uno de sus filetes de salmón.

Ecosonda

Salmones Aysén está aplicando recientemente inteligencia artificial en uno de sus centros a través de la implementación de un prototipo avanzado de ecosonda, pionero en su tipo. Este sistema identifica la ubicación de los peces dentro de la columna de agua y evalúa su comportamiento y bienestar, permitiendo alimentar a los peces de manera precisa al detectar patrones de comportamiento que usualmente un humano no podría identificar con facilidad.

Además, en salmón del Atlántico, esta tecnología ha demostrado capacidad para predecir algunas patologías a partir de la observación de cambios en el comportamiento. Aunque la herramienta ya muestra un alto grado de desarrollo, aún no ha sido probada específicamente en salmón Coho.